Hablar de los “castells” es hablar de un elemento primordial de la cultura popular catalana. Los “castells” (castillos) son unas torres humanas espectaculares. Está claro que los “castells” no dejan indiferentes a nadie. En una actuación «castellera» toda la familia disfruta. Tanto los niños como los adultos.
En este artículo vamos a conocer un poco más el mundo “casteller”. Entonces si tienes ocasión de asistir con la familia a una “diada castellera”, sabrás interpretar mejor el sentido de cada detalle.
Detrás de la construcción de un “castell” hay muchas horas de ensayo. Pero sobretodo hay concentración, disciplina y una técnica meticulosa.
Así el lema de los «castellers» es: “Força, equilibri, valor i seny” (fuerza, equilibrio, valor y juicio).
UN POCO DE HISTORIA
Parece que la tradición se remonta al siglo XV, en el sur del delta del Ebro. Existían antiguas danzas valencianas que finalizaban con pequeñas torres humanas. Más tarde se extiende al Camp de Tarragona.
Entonces grupos rivales llamados ‘colles” competían en la construcción de torres humanes. Buscaban a crear torres cada vez más altas y originales. Ya son los “castells” tal y como los conocemos ahora.
Durante el franquismo se prohibió la mayoría de símbolos de la cutura catalana. Sin embargo los “castells” no fueron nunca prohibidos. Aunque con la transición democrática volvieron a ocupar un lugar destacado en las festividades populares.
La incorporación de las mujeres en la práctica “castellera” ha sido determinante para su espectacular evolución. También en 2010 la UNESCO reconoce los “castells” como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
¿QUÉ SON LOS “CASTELLS”?
Los “castells” son torres humanas estáticas de seis a diez pisos.
Tienen diferentes nombres según su construcción. Por ejemplo un “castell” formado por tres personas en cada piso y un total de seis pisos, se llama “tres de sis” (tres de seis).
Los “castellers” más fuertes se colocan en la base. A continuación los más ligeros y ágiles. Y finalmente los niños.
La composición de un «castell»
Los “castells” están formados por tres partes:
- La “pinya”(piña) es la base de la torre. En ella descansa todo el peso del “castell”. También amortigua una posible caída.
- El “tronc”(tronco) es la estructura vertical. Une la piña y el pomo de arriba. Puede llegar hasta 10 pisos (10 personas )
- El “pom de dalt”(pomo de arriba) está formado por los niños. Su agilidad y poco peso permite escalar y llegar hasta la cima.
También se pueden construir estructuras de soporte para el “castell”. Así se llama “folre” cuando está en la parte superior de la piña. Y “manilla” cuando está encima de la “folre” es decir a un tercer nivel del suelo. A continuación iría el tronco y el pomo de arriba.
Los “castells” se forman siguiendo unas técnicas muy precisas. Cada uno tiene un lugar asignado y se rige por una disciplina muy estricta. El “cap de colla” (jefe del grupo) es quién va dando las instrucciones. Su misión es conseguir que la estructura sea firme. El proceso es el siguiente:
- primero se forma la piña
- a continuación se va elevando el tronco
- finalmente se emparran los niños formando el pomo de arriba
La “enxaneta” es el niño(a) que corona el “castell”. Se da por bueno es decir “cargat” (cargado) cuando la “enxaneta” hace la aleta osea levanta el brazo. Pero el éxito total llega si se consigue “descargar” (desmontar) el “castell”. Es el momento de la euforia, la emoción y los llantos de alegría.
¿LOS NIÑOS EN LOS “CASTELLS”
En la construcción de un “castell” todo el mundo es importante, es una labor de equipo. Pero sin duda los niños son unos grandes protagonistas. Ellos son los que suben más alto y los que dan la emoción final.
Aunque llevan casco muchos sufrimos al verlos trepar tan arriba. Pero hay que entender que una “colla castellera” es como una gran familia. La forman padres, tios, hijos y sobrinos, todos a una. Cuentan con una buena preparación física y muchas horas de ensayo. Pero también con una gran preparación psicológica.
La «enxaneta»
Normalmente la “enxaneta” asciende por un lado del “castell” y desciende por el otro. El penúltimo niño(a) se llama el “aixecador” (levantador) y acostumbra a ser el más pequeño de todos. La “enxaneta” se coloca a caballo del “aixecador” y hace la aleta. El castillo está coronado. Sólo hace falta bajar sin caerse. Cuando se logra el éxito es completo.
Sin duda los niños son los más valientes de la “colla”.
MÚSICA E INDUMENTARIA
La «gralla» y el timbal
Acompañan a los “castellers” un grupo musical. Tocan principalmente la «gralla” un instrumento de viento. También tocan el timbal un instrumento de percusión.
Mientras se construye el “castell” se tocan diferentes melodías. El ritmo de la música indica en que situación está la construcción del “castell”.
Así escuchamos una melodía cuando la “colla castellera” llega a la plaza. Otra cuando la estructura se va consolidando y creciendo. Cuando el castillo está coronado la melodia es aguda y vibrante. Esto permite a los “castellers” de la piña que no lo visualizan saber que la “anxeneta” ya ha hecho la aleta. A continuación sigue la melodía que indica el desmonte, la bajada de los “castellers”.
La música sin duda añade un componente emocional a las “diades castelleres”.
La indumentaria
Los «castellers» llevan una vestimenta muy particular. Visten pantalón blanco y un cinturón llamado “faixa”. Los “castellers” que trepan van descalzos. Los niños siempre llevan casco.
El color de la camisa es el distintivo de cada “colla castellera”. Así es bonito de ver durante la actuación como la plaza se llena de colores.
¿DÓNDE VER LOS “CASTELLS”?
La temporada “castellera” empieza mayo y termina en octubre. Están presentes en las fiestas mayores y acostumbran a actuar en las plazas de los ayuntamientos.
Concurso de castells en Tarragona
Desde 1980 y de manera bianual, se organiza el concurso de “castells” en Tarragona. Es considerado el espectáculo “casteller” más grande del mundo. Allí compiten las principales “colles” como Colla Vella dels Xiquets de Valls, Castellers de Vilafranca, Colla Jove Xiquets de Tarragona, Minyons de Terrassa… entre otras.
En la última edición se pudieron ver hasta un total de 13 “castells” de gama extra.
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Vivir los “castells” de cerca es algo más que conocer uno de los símbolos de la cultura catalana. Es vivir una experiencia en familia difícil de explicar.
Hay que estar allí para sentirlo y vivirlo. Hay que vibrar con ellos, reír con ellos y llorar con ellos.
¿Preparados para sentir la piel de gallina?
